top of page
Pedro Saldarriaga

Sin título

Raymunda Pelaya descubrió, la mañana del martes, en el cajón de las herramientas de su

esposo, el dedo gordo del pie de un niño con un letrerito colgando de una cuerda que decía:

«Si me encuentras a tiempo, siémbrame en tu jardín, si no, atente a las consecuencias.

Raymunda Pelaya, asustada por este objeto tan extraño que había encontrado en su casa,

empezó a analizar este misterioso dedo y se dio cuenta que a pesar de estar cortado, estaba

en perfecto estado, así que pensó que probablemente era un dedo de plástico o algo por estilo

que su esposo estaba guardando para alguna broma de esas que suele hacerle a sus amigos,

así que lo olvidó y salió a su trabajo como cajera en el banco regional. Luego de una larga

jornada laboral se encontró con su esposo para darle la mejor noticia de su vida al: Raymunda

estaba embarazada.

Decidió dejar su trabajo, y empezó a dedicarle las tardes grises a largas jornadas de televisión,

viendo sus novelas mexicanas favoritas, las cuales estaban llenas de aventuras, amores y

desamores.


* * *


Pasaron los meses y Raymunda seguía sin sentir las típicas patadas de bebé con las cuales

anuncian su llegada a este mundo, así que decidió agendaruna cita con el doctor, y como era

amigo de su esposo fue muy fácil conseguirla. Ya iban 7 meses desde que Raymunda estaba

embarazada y no sentía movimiento alguno. Cuando llegaron los resultados sintió tristeza y

desesperación. El bebé estaba muerto. La pareja lloró y antes de que se fueran a seguir su

agonía en la casa el doctor les dijo otra cosa, y es que al bebé le faltaba un dedo del pie.

Raymunda llegó llorando a su casa y en la desesperación fue a abrir la caja de herramientas en

la que se encontraba el dedo. Éste seguía ahí, estaba distinto, no estaba sucio, pero estaba

mojado y la nota había desaparecido. Raymunda entre un mar de lagrimas le preguntó a su

esposo si ese dedo era parte de una broma o si sabia de quien era, porque ya no parecía de

plástico, ya parecía como si estuviera vivo aun así estuviera separado de un cuerpo; ese dedo

estaba vivo. El esposo le dijo que no tenia ni idea y le preguntó por qué tenía un dedo de un

niño en su mano. Raymunda le conto toda la historia.

Como último recurso decidió plantar el dedo en su jardín y dejó que pasara el tiempo.

Un día mientras que dormía escucharon los llantos de un niño y Raymunda bajó las escaleras

rápidamente y vio en su jardín un niño hermoso con los ojos y pelo verde acostado bajo la luz

de la luna, desde ese día Raymunda, el esposo y Pulgarín vivieron felices por siempre. (Hasta la

pandemia).

8 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Sofoco

Commenti


bottom of page