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Adentro mío.

Martín Cárdenas 11º

Cuando hacemos lo que nos gusta, estamos entretenidos, el tiempo pasa más rápido, y es ahora, cuando no tenemos nada que hacer, que el tiempo parece detenerse.

 

Ha pasado mucho tiempo desde que empezó el confinamiento, y varias veces llega la noche enterándome de que fue un día perdido, lleno de actividades sinsentido, tengo una colección de tiempo perdido. La vida que profundamente deseo tener, dista de lo que hoy hago para conseguirla. La ilusión es que algún día ésta se manifieste.

 

Pasan los fines de semana, me despierto a las 12 y me duermo a las 3, qué hago durante esas 15 horas despierto, no hay mucho qué decir.

 

Sin embargo, es la acumulación del absurdo uso del tiempo, lo que me acerca cada día más a aquello de lo que intento escapar. Introspección y reflexión.

 

Cada vez que miro el paisaje, mis ojos miran para adentro, los pájaros volando me recuerdan cada vez más la libertad que he perdido, la vi de cerca irse muy lejos, y los cambios en el clima me preguntan si nada va a cambiar en mí.

 

Volviéndose cada día más inminente, la necesidad de cuestionarme, de reflexionarme, termina por llegar, siempre lo hace.

 

Me siento en el balcón y miró lo más lejos que puedo, aquel lugar al que puede llegar la mirada, pero al que ahora no pueden ir mis pies. Sigo mirando y dentro de mí hay una mezcla de sensaciones y de sentimientos indescifrables, estoy lleno de contradicciones. No entiendo lo que tengo dentro de mí, pero ya el reloj ha golpeado la hora, es hora de pensar, no de distraerse, no de aplazarlo más, es hora de pensar en mi vida.

 

Ha pasado una semana desde aquél día, ahora pienso en lo que me depara el futuro, lo que veo no es un regreso a lo que conocíamos como la vida, no creo que nada vuelva a ser igual, pero ahora estoy más tranquilo, he visto volver a la libertad, parte de ésta habita allá afuera, en los eternos caminos de la naturaleza, pero la mayor parte habita hoy dentro de mí, y la encuentro en muchas partes, está en las películas, en los libros, pero mayormente está en la música, allí la encuentro siempre. Música: piedra angular de mi vida.

 

El camino de la introspección es el más difícil de todos, nunca es ni será fácil ser uno mismo, es fácil ser alguien más, pero es difícil ser uno mismo. Y ser uno mismo es, empero, él único camino que nos lleva a donde queremos ir, caminando por la vida propia es cuando el deseo está en armonía con lo que hacemos. Este es el único camino sincero, todos tenemos uno adentro de nosotros, es como una llaga, y hay que meter el dedo y apretar bien fuerte. Es difícil, pero no se puede dejar ese camino sin andar.

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